La guerra entre la industria discográfica y los servidores de Internet sigue adelante. Mientras los usuarios reclaman su derecho al compartir archivos online, los artistas se quejan de que las descargas online les hacen perder su sustento. La lucha continúa hasta el infinito, pero los internautas han vuelto a ganar una pequeña batalla en su reclamación del derecho al acceso gratis a la cultura.
En diciembre, Google lanzó un compromiso según el cual no incluiría en sus sugerencias (que aparecen cuando empezamos a escribir un término de búsqueda) webs que pudieran suponer un conflicto con la ley de protección de la propiedad intelectual. Por lo tanto, términos como “torrent”, “megaupload” y “rapidshare” dejaron de aparecer en las sugerencias de búsqueda.
Sin embargo, en Francia se ha dictado una ley por la cual no habrá ningún problema en que Google ofrezca estas posibilidades de búsqueda. Y es que, según el tribunal francés, este tipo de sitios web no son ilegales en sí mismos, sino que lo que es ilegal es el uso que los internautas dan a los mismos, por lo que están en su pleno derecho a aparecer en los motores de búsqueda.
Megauload y Rapidshare se presentan como algo así como un disco duro virtual, en el que los usuarios pueden subir sus archivos y pasar un enlace para que cualquiera pueda acceder a ellos. Sí, puede que algunos internautas los utilicen para subir contenidos protegidos por las leyes de derechos de autor, pero también hay quien los usa para subir documentos o fotos personales. Por lo tanto, los sitios en sí mismos no tienen nada de ilegales.
Una polémica similar es la que sucede en nuestro país con la web Seriesyonkis. Y es que esta web no sube directamente los contenidos ilegales, sino que se limita a enlazar con webs en las que podemos encontrarlos. ¿Legal o ilegal? El debate sigue abierto.
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