La frontera entre el marketing online y el spam siempre ha sido muy difusa. Cuando Internet comenzó a generalizarse, el problema se centraba en el envío de correos electrónicos. La legislación pronto dio la razón a todos aquellos que se quejaban de tener sus bandejas de entrada llenas de basura, y hoy en día es un hecho perfectamente denunciable el hecho de que nos envíen publicidad por e-mail sin que hayamos dado nuestro consentimiento.
Ahora este debate se ha pasado a las redes sociales. Y es que cada vez son más las empresas que incluyen el social media en sus estrategias de marketing online, ya que la web 2.0 constituye una forma perfecta de acercarse a un público perfectamente segmentado. Pero estas constantes incursiones comerciales pueden ser molestas para los usuarios.
Centrémonos en Twitter. En la red social de los 140 caracteres somos nosotros quienes decidimos seguir o no a una determinada empresa. La cuestión que cabe plantearse es si el hecho de hacer “Follow” en la cuenta de una marca comercial le da derecho a dejarnos nuestra línea de inicio llena de mensajes publicitarios.
La realidad es que Twitter es algo así como un medio de comunicación personal (o empresarial según el caso) en el cual cada usuario es libre de escribir aquello que desee en los 140 caracteres que se nos ofrecen. Por lo tanto, no hay forma legal de impedir que una empresa a la que seguimos esté emitiendo anuncios de forma continua.
La cosa cambia cuando nos escriben un mensaje publicitario directamente a nosotros, es decir, cuando ese Tweet comercial viene acompañado de @nombredeusuario. En ese caso nos estarían mandando publicidad personalmente a nosotros sin que hayamos dado nuestro consentimiento expreso, por lo que estamos en todo nuestro derecho de impedirlo.