El futuro de los mensajes de móvil, conocidos como SMS, es cada vez más incierto. Su declive, que ya se venía observando desde hace tiempo, ha aumentado considerablemente a lo largo de este último año. La competencia de programas gratis y aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Messenger sumando al implante definitivo de las redes sociales, generalmente gratuitas, están provocando un desplome del envío de SMS y un descenso importante en los ingresos recibidos por las compañías telefónicas. Las cifras del año pasado son desalentadoras: el tráfico de mensajes SMS total, que incluye tanto los envíados a concursos y similares con un precio extra y los enviados desde otros países, cayó un 16% en 2010 hasta los 8.920 millones de mensajes, cuando el año anterior se habían mandado má de 11.000 millones.
Los ingresos obtenidos por este servicio llevan bajando continuamente desde hace 3 años, aunque en 2010 ha resultado una verdadera tragedia para las operadora, ya que el dinero recaudado por el envío de SMS se ha reducido a lo largo de este año en casi un 20%, según los datos de un reciente informe realizado por la CMT.
Los smartphones y el Internet móvil se han convertido en un arma de doble filo para las compañías que han venido muchas tarifas planas de datos, pero que han visto reducirse sus ingresos originales, que eran por las llamadas y los SMS. La generalización de aplicaciones de mensajería como Blackberry Messenger, Live de Microsoft Windows, Skype, Messenger o la multiplataforma WhatsApp dan la oportunidad de hacer lo mismo pero gratis o a bajo coste.
La crisis también ha hecho que los usuarios limiten el consumo de SMS, especialmente de los que se utilizan para participar en los programas de radio o televisión que han sido este año un tercio de los del año anterior, con el consiguiente descenso de los ingresos para las operadoras.