Twitter podría convertirse en una potencial fuente de información sobre la salud de la gente, según investigadores de Estados Unidos. Dos científicos en informática de la Universidad John Hopkins analizaron 1,5 millones de tweets relacionados con la salud, escritos entre mayo de 2009 y octubre de 2010. Esto les permitió obtener una visión que los usuarios de Twitter tienen de ciertas enfermedades y cómo decidieron tratarlas.
Algo que pudieron detectar es que muchos decidieron tomar el medicamento equivocado para patologías muy comunes. “Los tweets nos mostraron que existen algunas graves concepciones erróneas sobre cuestiones médicas”, afirmó Michael J. Paul, un estudiante de doctorado que colaboró con el proyecto. “Vimos que alguna gente escribía en Twitter que estaba tomando antibióticos para tratar la gripe”, agregó.
“Pero los antibióticos no funcionan con la gripe, que es causada por un virus, y esta práctica puede contribuir a generar problemas de resistencia a este tipo de medicamentos”, finalizó. Para detectar los tweets que tienen una relación con la salud entre miles de millones de mensajes, los investigadores desarrollaron una herramienta informática especial para lograr un filtro.
Este programa fue “educado” para descartar frases que en realidad no tenían que ver con la salud, aunque contuvieran palabras que comúnmente se utilizan en contextos médicos, como “el alto precio del gas es un dolor de cabeza para mi empresa”. En 200 mil tweets relacionados con salud, la información pública que los acompañaba permitió a los investigadores reconocer de qué región de EE.UU. provenían.
Estos datos permitieron identificar tendencias según las zonas de EE.UU. “Pudimos detectar que la temporada de alergias empezó antes en los estados más cálidos y más tarde en el medio oeste y noreste”, explicó el profesor Mark Dredze. Pero ambos científicos reconocieron que el sistema tiene sus límites. En varios casos pasó que los usuarios de Twitter no comentaban más que una vez acerca de un dolor en particular. “Sólo pudimos conocer lo que la gente estaba dispuesta a compartir y creemos que hay un límite para eso”, confesó Paul.
De todos modos, afirmó que esperan llevar la investigación más allá. “Por ejemplo, podríamos responder preguntas específicas sobre cómo cierta medicación es utilizada para diferentes enfermedades. O podemos descubrir vínculos entre enfermedades y hábitos que no pueden ser identificados por los médicos en una visita del paciente a su consultorio”, explicó.
También considera que el programa que desarrollaron podría ser utilizado en español. “El límite está en Twitter, si hay suficiente información generada por usuarios en español creemos que podemos obtener resultados similares”, concluyó.