Según los escritos divulgados en estas redes sociales, un grupo de delincuentes armados estaban realizando secuestros de niños en varias escuelas de la ciudad de Veracruz, México. Como reacción, lógica, a estos anuncios en Twitter y Facebook, muchos padres acudieron de un modo desesperado a los colegios a recoger a sus respectivos hijos, lo cual provocó una especie de caos y pánico en las calles de la ciudad, al extremo de de que se produjeran unos 26 accidentes de tráfico, además del colapso de las líneas de emergencias.
Ante tal situación de miedo, la policía decidió investigar y ha encontrado a los autores de estos mensajes, en este caso dicho profesor y la presentadora de radio, acusándolos de quebrantar las leyes antiterrorismo. El caso es que ambos acusados niegan su responsabilidad en la situación de histeria colectiva creada y argumentan en su defensa que sólo reproducían algunos mensajes que habían leído en internet, según ha publicado el diario The Guardian.
Por otra parte, la organización Amnistía Internacional ha denunciado la detención e interrogatorio de estas personas, la cual se ha hecho de un modo arbitrario y sin respetar sus garantías constitucionales: “les ha sido negado [el] acceso a un proceso judicial justo”; asegurando en su mensaje que “durante el proceso de interrogación se les puso bajo presión con la finalidad de que en sus declaraciones admitieran ser culpables de circular información falsa y no les permitieron acceso a sus abogados”.
Culpables o no, sin lugar a dudas estas personas son responsables de haber creado una situación muy peligrosa en su comunidad. Aunque su condena resulta un tanto excesiva, sí considero que se debería tomar alguna medida que haga que las personas sean algo respetuosas con el uso que se les da a las redes sociales, sobre todo cuando se tratan temas tan sensibles como las vidas de los niños y niñas.