Lo cierto es que Microsoft no ha comenzado este nuevo año con buen pie, todo lo contrario: se está repitiendo el mismo panorama del mercado informático de 2011, pocas ventas de ordenadores de sobremesa y, por supuesto, pocas ventas de su sistema operativo, el Windows 7.
Sin embargo, para compensar esta bajada en la demanda de los ordenadores de sobremesa por nuevas ofertas como los ultrabooks, las tablets o los smartphones, Microsoft está intentando abrirse un hueco dentro de este mercado emergente que le permita volver a vivir sus viejos años de gloria.
Un indicador de que las cosas no van bien dentro del mercado de Microsoft son el monto de cotización de sus acciones dentro del mercado bursátil, manteniendo el mismo nivel en cuanto a precio o cotización que el que tenía el año pasado, justo por esta época y, según algunos analistas, es muy probable que este panorama varíe en lo que queda de año.
En otras palabras, no habrá crecimiento, a pesar de que se espera que para este año se haga el lanzamiento oficial de Windows 8, diseñado tanto para ordenadores de sobremesa como para dispositivos móviles de pantallas táctiles.
Las acciones del mayor productor mundial de software están en el mismo nivel en el que estaban hace un año y pocos esperan que eso cambie después de que la firma anuncie sus resultados este jueves. “Está claro que los inversores tendrán que seguir siendo pacientes”, dijo Raimo Lenschow, analista de Barclays Capital, en una nota de investigación el viernes.
“Podría haber un impulso positivo de corto plazo (…) pero primero necesitamos ver pruebas adecuadas del éxito en móviles/tabletas y no sólo señales de esperanza”, añadió.
Por lo tanto, la principal conclusión que podemos sacar de este nuevo escenario del mercado informático es que si Microsoft no se pone las pilas y cambia de política, sufrirá una fuerte contracción en sus ganancias.