Continúa la novela entre Google y Microsoft, dos compañías que en el último tiempo se han peleado bastante por acusaciones cruzadas ligadas a sus políticas de privacidad. Durante el fin de semana la corporación del buscador estuvo en el centro de la polémica tras conocerse que había anulado las configuraciones de privacidad de Safari e Internet Explorer.
Los creadores Windows salieron a la carga con declaraciones muy fuertes contra Google y el aparente espionaje en los productos de compañías rivales, pero los californianos no se quedaron callados y respondieron las acusaciones de Microsoft considerando sus políticas como “anticuadas y fuera de condiciones”.
Este es un fragmento del comunicado emitido por Google:
Microsoft utiliza un protocolo de auto-declaración (conocido como P3P) de 2002 que le pide a sitios web que representen sus prácticas de privacidad en formato legible por la máquina. Es bien sabido –incluso por Microsoft- que es poco práctico cumplir con los pedidos de Microsoft mientras se ofrece funcionamiento web moderno. […] Una investigación realizada en 2010 indicó que más de 11 mil sitios web no presentaron políticas compatibles con el protocolo P3P requerido por Microsoft.
Básicamente lo que los californianos quieren decir es que los de Redmond les apuntan a ellos por el sólo hecho de ser Google. La corporación del buscador tiene su cuota de responsabilidad en todo esto y no existen justificativos reales para la incursión en prácticas poco claras o desleales.
Si ambas corporaciones pusiesen menos esfuerzos en pelear ofrecerían productos con una calidad muy superior a la actual. Últimamente Google y Microsoft han perdido el enfoque y esto puede costarles muy caro en el mediano o largo plazo.