En un comunicado que la compañía Google hizo público a través de internet, quedó clara la idea de que las Google Glass no utilizarán esta herramienta: “No vamos a añadir una función de reconocimiento facial sin antes colocar fuertes medidas para proteger la privacidad”.
Ya el pasado mes de mayo un grupo de legisladores estadounidenses les había solicitado a la compañía Google que les informaran acerca del uso y consecuencias para los usuarios de esta aplicación de reconocimiento facial en terceras personas.
De ponerse en práctica tal y como se había anunciado de parte de Google inicialmente, se produciría una violación de la privacidad de las personas y a su vez un uso indebido de la información personal.
En tal sentido, ocho legisladores estadounidenses que forman parte del grupo del Congreso responsable de velar por la privacidad de los usuarios, solicitaron a través de una carta que deberían saber si realmente esta nueva tecnología “podría violar la privacidad del estadounidense promedio”.
La verdad es que las gafas Google Glass aún no han salido al mercado y ya han promovido el debate público, al extremo de que ciertos comercios han dicho que prohibirán su utilización en sus recintos.
Pero a pesar de ello, aun otras empresas proveedoras de servicios y contenidos de internet, como las redes sociales Facebook y Twitter, entre otras compañías, ya han anunciado que preparan sus respectivas aplicaciones para Google Glass. En otras palabras, el debate está servido.