La pasada noche del día 19 LinkedIn sufrió un ataque de DNS que le obligó a suspender su servicio.
Durante más de una hora, cuando los usuarios intentaban acceder a la página de la red social se encontraban con el sitio de un servicio de venta de dominios. Parece claro, por lo tanto, que se trata de un ataque que intenta aprovecharse de la creciente popularidad de la red social profesional para enviar publicidad a los usuarios, aunque sea de esta forma tan intrusiva y poco ética.
Fuentes oficiales de la empresa se limitaron a confirmar este ataque DNS a través de Twitter, sin dar más explicaciones.
La explicación técnica que han publicado los medios especializados apuntan a que LinkedIn había sido “secuestrado” para intentar arrebatarle el tráfico.
El problema es que no es la primera vez que LinkedIn sufre fallos de seguridad.
Hace poco menos de un año, más de 6 millones de contraseñas de usuarios fueron robadas por un grupo hacker ruso.
Para evitar que los ciberataques de este tipo vuelvan a producirse, los responsables de LinkedIn ya han confirmado que van a implantar la verificación en dos pasos en las próximas semanas. Una medida que ya han tomado otros servicios como Google o Twitter.
Este proceso consiste en la instauración de, además de la contraseña, un código que se enviaría al teléfono móvil del usuario para acceder al servicio de forma más segura.
Las redes sociales están siendo grandes víctimas de este tipo de amenazas. El pasado mes de febrero, además de anunciarse un ciberataque a Facebook, se sumaron Twitter, Tumblr y Pinterest, que sufrió un hackeo en su base de datos de correo electrónico.