- No reconocer los errores: Si nuestra marca ha hecho algo mal, es importante que lo reconozcamos y pidamos disculpas públicamente o no encontraremos ante una importante crisis online.
- Publicar demasiado: Es bueno publicar regularmente en las redes sociales, pero sin superar unos límites que hagan que nuestro seguidores se sientan intimidados.
- Utilizar respuestas automáticas: Quienes siguen una marca en las redes sociales buscan llegar a la parte humana de la misma. Pero si todo lo que encuentra son respuestas automáticas programadas por ordenador es fácil que se decida a hacer unfollow.
- No hacer nunca retuit, favorito o seguir: Los medios sociales son en cierta medida un juego de favor por favor. Si nunca hacemos RT a los mensajes o sigue a otros, no estaremos cumpliendo nuestra parte del contrato social.
- Retuitear todo: Aunque es importante demostrar su agradecimiento por los mensajes que envien nuestros seguidores, tampoco es bueno que nuestro timeline se convierta en una larga lista de RTs (o retuits de retuits de …).
- Limitarnos a vender nuestro producto: Si en televisión hacemos zapping cuando llega la publicidad, ¿por qué íbamos a hacer lo contrario en Twitter?. Un mensaje promocional de vez en cuando está bien y es lógico, pero si no aportamos nada más los seguidores se irán.
- No evolucionar con el tiempo: Plataformas sociales como Twitter están cambiando constantemente, y las prácticas que se realizan en ellas también. Por ello es importante ser capaz de demostrar una buena voluntad para adaptarnos a todas las novedades que nos ofrece la web 2.0.