Las amenazas están recogidas por el código penal, tanto si se realizan en el cara a cara como si se hacen a través de medios como Internet.Además, no sólo no nos libraremos de un problema por utilizar las redes sociales para ello, sino que cuando las amenazas se realizan a través de Internet la pena es más alta, por lo que este agravamiento se produciría en el caso de que nos amenacen a través de Twitter.
Pero lo cierto es que para que legalmente se considere un delito es necesario que las amenazas sean creíbles. Y es poco creíble pensar que el que escribe un tuit deseando la muerte a un famoso o un político esté pensando verdaderamente en matarlo. Por lo tanto, sólo un porcentaje muy pequeño de las amenazas que se llevan a cabo a través de las redes sociales constuituirían realmente un delito de amenazas.
Obviamente se trata de un acto absolutamente reprobable, pero más por una cuestión ética que legal. Una amenaza de muerte nunca resulta constructiva y no conseguiremos nada bueno con ellas, a pesar de que a nivel legal nos podamos librar de que se considere delito. Pero quienes aseguran que van a denunciar a quienes los insultan por Twitter tienen todas las posibilidades de salir perdiendo.
Eso sí, como el Código Penal se está reformando en estos momentos, no sería de extrañar que se llevara a cabo alguna modificación para añadir este tipo de delitos.