Lumosity es por lejos el mejor de los sitios web con juegos para el cerebro y cuenta con 50 millones de suscriptores en 180 países. Por su parte, la compañía líder en el campo del entrenamiento cognitivo Cogmed afirma que su programa de entrenamiento “aumenta la concentración y la capacidad de aprendizaje” de los estudiantes. Neuronix habla de “nueva esperanza para los enfermos de alzhéimer”. En febrero, los centros de Medicare y Medicaid (programas de seguridad médica del Gobierno de Estados Unidos) hicieron caso a los comentarios de sus pacientes sobre una iniciativa que, en algunos casos, reembolsaría el coste de las “actividades de entrenamiento de la memoria”.
Para Murali Doraiswamy, director del programa de trastornos neurocognitivos del Instituto Duke de Ciencias del Cerebro, en Carolina del Norte, la prevención del el alzhéimer gracias a una página web o un videojuego podría llegar a ser el “santo grial” de la neurociencia. El problema, según el experto, es que la ciencia del entrenamiento cognitivo no ha llegado tan lejos como la publicidad. “Casi todas las afirmaciones publicitarias que hacen las empresas prescinden de los datos. Necesitamos estudios más específicos antes de llegar a la conclusión de que son métodos realmente eficaces”, dice.
Durante décadas, científicos han sido de la idea de que la mayor parte del desarrollo cerebral se producía en los primeros años de vida y que una vez alcanzada la madurez apenas cambiaba. Sin embargo, en durante los últimos 20 años, las pruebas han revelado que el cerebro forma nuevas conexiones neuronales durante toda la vida. Sigue sin estar claro si las actividades que suponen un reto para el cerebro, pueden ciertamente aumentar la inteligencia o evitar la pérdida de memoria normal.
De acuerdo con diversos estudios publicados en los últimos años, ciertos tipos de entrenamiento lúdico pueden mejorar el rendimiento cognitivo de una persona. Sin embargo, en febrero de 2013, un anáisis dirigido por la investigadora de la Universidad de Oslo Monica Melby-Lervag, concluía que aunque los jugadores mejoran, no está demostrado que el aumento de la destreza se transfiera a otras tareas. En otras palabras, jugar mucho al sudoku nos hace mejores jugadores al sudoku, pero no nos volvemos expertos en matemáticas ni nos ayuda a recordar dónde hemos dejado las llaves.