A partir de hoy estará disponible la actualización gratuita de los equipos con sistema operativo Windows 8.1 y Windows RT 8.1. De esta manera, Microsoft da respuesta a algunas de las quejas de los usuarios que no terminan de adaptarse a la nueva interfaz.
A partir de ahora será posible arrancar en el escritorio tradicional y, dentro de él, anclar a la barra de inicio aplicaciones de la tienda Windows y otros elementos, como los favoritos del navegador, temas de Xbox Music, contactos de redes sociales o de Skype.
La medida supone un retroceso para Microsoft, que se empeñó en unificar la apariencia de sus sistemas operativos para ordenadores, tabletas y teléfonos móviles con una pantalla de inicio muy rígida, dominada por los live tiles o iconos activos, que si bien funciona positivamente en entornos táctiles, no en los PC tradicionales. Por ello, otra de las novedades ha sido redefinir el funcionamiento del ratón: al moverlo a la parte superior de la pantalla ahora aparecen los clásicos botones para cerrar y minimizar, pero solo si se está trabajando con un programa descargado de la tienda Windows.
Igualmente, al situar el cursor en la parte inferior de la pantalla de inicio aparece la barra de tareas, presente hasta el momento solo en el escritorio. Otra novedad: al pinchar con el botón derecho del ratón sobre cualquier aplicación anclada a la pantalla de inicio, un menú contextual ofrece las opciones más importantes, como desanclarla, anclar a la barra de tareas, cambiar el tamaño o, incluso, desinstalar la app. «El clic derecho del ratón funciona del mismo modo al que los usuarios están acostumbrados en el escritorio clásico y en anteriores versiones de Windows», explica Microsoft en toda una declaración de intenciones.
Por último, los botones de búsqueda y apagado del dispositivo, antes escondidos, aparecen ahora en la esquina superior derecha de la pantalla de inicio.