El Parlamento Europeo ha dado hoy el “go” a una iniciativa del Ejecutivo comunitario que unifica el modelo de cargador que utilizan todos los teléfonos móviles y tabletas que se comercializan en la Unión Europa.
Los fabricantes dispondrán de tres años para adaptarse a la nueva normativa, que tiene el aval de los Estados miembros y que supone el tercer intento de unificación en los Veintiocho. La Eurocámara ha valorado el impacto positivo de la medida en favor de los consumidores, quienes no tendrán que comprar uno nuevo cada vez que cambien de dispositivo, así como sobre el medio ambiente, al reducir el volumen de residuos.
Pero la medida no es exclusiva para los teléfonos móviles. La nueva legislación afectará a los mandos a distancia de los coches y los módems y a las tabletas, si bien será la Comisión Europea quien en última instancia determine exactamente qué tipos de aparatos tendrán que cumplir esta condición. De acuerdo con el Ejecutivo comunitario, EE UU ya tiene un registro similar.
La propuesta ha sido adoptada por 550 votos a favor, 12 en contra y 8 abstenciones. Una vez que el Consejo Europeo la apruebe, trámite que se espera para las próximas semanas, los Estados miembros dispondrán de dos años para trasponerla a sus legislaciones nacionales y los fabricantes tendrán un año adicional para adaptar su cadena de producción.
“Me alegra que estemos de acuerdo en la introducción de un cargador común. De esta manera, respondemos a los intereses de los consumidores y también a los del medio ambiente. Se va a poner fin a la aglomeración de cargadores y a 51.000 toneladas anuales de residuos”, ha afirmado la eurodiputada socialdemócrata Barbara Weiler, ponente de la medida.