Wikileaks ha publicado estos nuevos cables sin editar y ha recibido críticas desde todos los frentes: desde las autoridades del gobierno de los Estados Unidos, como era de esperar, pero también desde los diarios que una vez fueron sus aliados, The New York Times, The Guardian, Der Spiegel y El País. Ha recibido también las críticas de Reporteros sin Fronteras, al extremo en su enfado, que han decidido retirar temporalmente su apoyo al proyecto después de conocer la noticia de estas nuevas revelaciones sin editar.
Tal y como han dado a conocer diversos medios de prensa, los archivos que acaba de publicar Wikileaks contienen miles de cables en los que se pueden leer a los nombres de individuos que, de una manera u otra, han colaborado con las embajadas de los Estados Unidos en diversos países, nombres que estaban calificados como “estrictamente protegidos” y que no fueron editados, dándose a conocer por toda la red y poniendo en peligro la vida de las personas involucradas en estos expedientes.
Wikileaks ha justificado la publicación de sus cables, sin apenas editarlos, ya que según su comunicado, el diario The Guardian hizo pública la clave de sus archivos encriptados que ya estaban colgados en la red, por lo que cualquier persona familiarizada con los mismos podría utilizar esta clave y acceder a ellos. Sin embargo, este diario británico ha rechazado dicha acusación y se libera de cualquier responsabilidad que tenga que ver con la publicación de dichos documentos: “Wikileaks debe responsabilizarse de sus acciones en lugar de tratar de culpar a otros”, ha indicado en un comunicado hecho público recientemente.
Quiéralo o no, a Julian Assange se le ha ido la mano esta vez. Su afán de protagonismo lo ha dejado solo, ya que con esta irresponsable decisión lo que ha logrado ha sido volver en su contra a sus antiguos aliados. ¿Podrá reponerse de esta equivocación? Creo que le va a costar un poco: el prestigio tarda años en ganarse, pero se pierde a veces en apenas unos minutos. Y este es el caso.