Con la llegada de la Navidad, aumenta el número de traspasos bancarios que se realizan a través de Internet, sobre todo gracias al auge del comercio electrónico. Y esto provoca que aumenten tambien los troyanos que intentan hacerse con nuestros datos para tener acceso a nuestro dinero.
Pero esto no quiere decir, ni mucho menos, que tengamos que evitar realizar compras online o hacer transferencias a través de Internet. Si hacemos las cosas con un poco de sentido común no tenemos por qué tener ningún problema. De hecho, existe una gran cantidad de herramientas, gratuitas o de pago, que pueden ayudarnos a acabar con los posibles troyanos que invadan nuestro equipo, pero ni siquiera ellas son imprescindibles. Con sólo seguir una serie de consejos podemos ahorrarnos disgustos posteriores.
Lo primero y fundamental es asegurarnos de que para realizar una transferencia necesitamos dos procesos de autentificación diferentes. De esta manera nos aseguramos que, aunque los hackers consiguieran hacerse con uno, siguieran sin poder acceder a nuestra cuenta.
También es muy importante que no compartamos nuestro número de cuenta, nuestras contraseñas ni ninguno de nuestros datos bancarios por correo electrónico, puesto que insertar un troyano que pueda acceder a la información de nuestro mail es mucho más sencillo que piratear la página del banco, por lo que es más probable que tengamos problemas. Y por supuesto no dárselos nunca a nadie que no sea de plena confianza.
Por último, hay que evitar acceder a la web o las apps del banco desde redes WiFi públicas. Y es que entre usuarios conectados a este tipo de redes es mucho más fácil acceder a los datos del otro, y nunca sabemos si en el mismo local que nosotros puede haber un hacker. Seguro que esa transferencia que tenemos que hacer puede esperar a que lleguemos a casa, y así nos evitaremos problemas.