En sus declaraciones, Alexander declaró que hasta ahora el trabajo de vigilancia de la NSA se ha ejecutado según el reglamento de seguridad nacional, el cual ofrece una relación igualitaria y plena del respeto a las libertades civiles y la privacidad de los usuarios de internet, ya sean estadounidenses o extranjeros.
“El problema está en parte impulsado por la naturaleza sensacionalista de las filtraciones y la manera en que su tiempo ha sido cuidadosamente orquestado para inflamar y avergonzar al Gobierno de Estados Unidos“, dijo Alexander.
Agregando más adelante que “El reto de estas fugas se ve agravado por la falta de comprensión pública de las salvaguardias de los ciudadanos y la poca conciencia de los resultados que producen nuestras autoridades.”
Del total de 54 investigaciones, 42 se reportan como investigaciones sospechosas, mientras que las restantes 12 estuvieron relacionadas con actividades terroristas.
Ya a principios del mes de junio, Alexander había salido a defender este programa de vigilancia Prism, diciendo que el mismo ayudó a evitar que decenas de posibles ataques de grupos terroristas, tanto dentro del territorio estadounidense como en el extranjero.
Este programa de vigilancia orquestado por las autoridades de Estados Unidos se hizo público cuando Edward Snowden, un ex empleado de la Agencia Central de Inteligencia, filtró los detalles del mismo a los diarios The Guardian y The Washington Post.