Últimamente importantes portales webs y sus respectivas compañías que les administran, como podría ser el caso de Google, The Huffington Post o Popular Science, entre otros, han estado buscando una fórmula que les permita controlar los comentarios que algunos de sus usuarios van dejando con el paso de las visitas, y de este modo mantener cierto orden en sus páginas.
Para este fin se han intentado desde utilizar moderadores, el uso de datos reales de los comentaristas hasta llegar el caso de suprimir totalmente la opción de comentarios. Evidentemente, esta decisión atenta contra el libre flujo de ideas y opiniones en internet, pero lo cierto es que hay muchas personas que, amparadas en el uso del anonimato, añaden todo tipo de comentarios obscenos o agresivos y, en casos extremos, que atentan contra grupos y minorías étnicas, religiosas o políticas.
Una muestra de ello fue la polémica que se desató en Estados Unidos, a través del portal online de la cadena de noticias CNN, después de la publicación de un artículo que hacía referencia a la nueva Ley de Atención Médica Asequible, y en el que se escribieron comentarios en los que se amenazaba de muerte a todos aquellos que habían opinado a favor de la aprobación de dicha ley.
En el caso particular de la compañía Google, fundamentalmente en su extensa red de servicios online entre los que se incluyen el portal de videos YouTube, se han tomado varias medidas adicionales que buscan reducir al mínimo estos comentarios desagradables.
Desde el punto de vista de la compañía, lo que se quiere es elevar el nivel del discurso de los diálogos que transcurren en sus webs, de ahí que se hayan cambiado la política de estos servicios online.
“A partir de esta semana, cuando usted vea una video en YouTube, verá comentarios arreglados por personas que a usted le importan primero”, escribía en su blog el gerente de productos de YouTube, Nundu Janakiram.