Según el comunicado publicado por esta Comisión, “Se ha vuelto evidente que algunas aplicaciones de comunicación a través de internet no cumplen los requisitos de la regulación vigente”; por lo que las autoridades “han informado a los proveedores (de estos servicios de telecomunicaciones) de la necesidad de trabajar con los desarrolladores de estas aplicaciones para hacer que cumplan los requisitos rápidamente”.
En otras palabras, si éstos servicios de Skype, WhatsApp o Viber pudieran convertirse en una amenaza para la estabilidad del país, correrían el riesgo de ser bloqueados y, en el peor de los casos, cerrado su acceso de manera definitiva.
Como bien ha publicado la cadena Al Arabiya, dicha Comisión quiere que las empresas de telecomunicaciones garanticen la seguridad en el uso de estas aplicaciones, de ahí la importancia de que las compañías afectadas “colaboren” con el cumplimiento de las leyes locales, o de lo contrario corren el riesgo de ser excluidas de la red.
Lo cierto es que esta política de censura nacional no es nueva en Arabia Saudí, ya en el mes de agosto del año 2010 varias empresas de telecomunicaciones nacionales habían llegado a un acuerdo con la compañía canadiense BlackBerry para que sus servicios de mensajería fueran utilizados en tierra saudí a través de servidores locales, pertenecientes al Gobierno.
Según algunos cálculos del diario Al Arabiya, cerca de 16 millones de personas utilizan internet en territorio saudí, y de ellos, alrededor del 55 por ciento son propietarios de teléfonos móviles desde los que se conectan a esta red.