Cuando supimos que Google revisa el contenido de todos los correos electrónicos que hemos enviado a través de Gmail, la mayoría nos echamos las manos a la cabeza en lo que supone sin dudas un atentado hacia nuestra privacidad. Pero este control excesivo tiene también su lado positivo, como es el caso que hemos podido leer en la BBC, en el que un pedófilo ha sido detenido después de que la compañía del buscador le denunciara.
El rastreo que Google hace de Gmail encontró fotos de pornografía infantil en los correos electrónicos enviados y recibidos desde la cuenta de un hombre en Houston, Texas. Precisamente el evitar el envío de manterial pedófilo, spam o malware es el objetivo de esta herramienta de rastreo, que es realizada por robots que trabajan de forma automática y no por humanos. Cuando se encuentra un caso como este, se denuncia a las autoridades.
Una vez que los robots de Google dan a alarma de que alguien está enviando contenidos sexuales de menores, salta una alarma y los responsables de la compañía denuncian a las autoridades a la persona que las esté enviando o recibiendo. Si, como en el caso del hombre de Houston, la investigación demuestra que hay indicios de culpabilidad, se procede a su detención, pudiendo ser acusado por un delito de posesión de pornografía infantil.
Aunque obviamente un caso de pederastia es extremo, estas situaciones deben hacernos reflexionar acerca de la vulnerabilidad de la información que compartimos a través de Internet. Muchas veces tendemos a pensar que lo que hacemos delante del ordenador queda de forma completamente anónima, pero en el caso de que estemos cometiendo algún tipo de delito podemos ser localizados y detenidos igual que si lo hiciéramos a plena luz del día.
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