Ya están disponibles algunas de estas aplicaciones, como la de la revista Rolling Stone, que incluye críticas de discos y conciertos, o la de Last.fm, que permite recomendar canciones a nuestros amigos. La idea es similar a la de Facebook: que a base de pequeños programitas el servicio se convierta en algo mucho más completo. Y si ocurre como en la red social, los resultados pueden ser bastante sorprendentes.
De momento cualquier desarrollador puede crear su aplicación para Spotify sin coste alguno, pero la compañía no ha querido aclarar si en un futuro cobrarán a aquellos que creen aplicaciones de pago u obtengan beneficios, algo que hace, por ejemplo, Apple.
Esta decisión de abrir la plataforma a los desarrolladores podría suponer una manera de diferenciarse de la competencia, ya que en los últimos meses grandes empresas como Google, Amazon o Apple han comenzado a introducirse en el mercado de la música en streaming.
Spotify, que hace unos días consiguió llegar a los 2,5 millones de cuentas de pago, se presentó desde un comienzo como la alternativa a la piratería musical en la red, y según aseguran sus dirigentes, parece que sus intenciones están logrando los objetivos perseguidos.
De hecho, en Suecia, donde un 33% de la población utiliza Spotify, se ha reducido la piratería en un 25%. No en vano este servicio de música se ha convertido en la segunda fuente de ingresos de las discográficas, únicamente por detrás de iTunes.