En más de una oportunidad se ha comentado el hecho de que internet ha modificado muchos aspectos de nuestras vidas, se ha dicho además que en el caso particular de la publicidad, y sus respectivas campañas, ya no se puede asumir el papel del usuario pasivo ya que, gracias a internet y esos sorprendentes cambios, éstos llegan a cobrar voz y a desbaratar cualquier campaña de imagen de marca en la que se haya invertido tiempo, dinero y prestigio.
Y eso mismo es lo que le ha ocurrido a Loewe, una marca que ha demostrado tener un equipo de marketing y relaciones públicas pésimo, al extremo de movilizar a casi toda la comunidad de Twitter en el día de ayer.
Pero bueno, comencemos por el principio. Loewe lanzó una campaña publicitaria nueva que buscaba afincarse en el público joven español, el objetivo era venderles unos bolsos de cuero, y para ello entrevistó a varios jóvenes (hombres y mujeres) pero, y ahí es donde viene lo complicado, la forma en que lo hicieron, resaltando ciertos valores consumistas y exagerándose en sus poses “pijas” hizo que la gente se sintiera incómoda con ello, sobre todo en una situación económica tan difícil que están viviendo mucha gente en España.
La campaña enseguida se coló en YouTube y en Twitter, la gente comenzó a reaccionar, las opiniones en su contra fueron creciendo y la voz de relaciones públicas de la marca, en vez de reconocer su fallo, dijo públicamente que en estos tiempos de crisis “no hay que dejarse invadir por la depresión”.
¿Y cuál fue la reacción de la comunidad hispana en Twitter? Explotar. Ayer el trending topic fue la crítica al comercial de Loewe, el hashtag #loewe se actualizaba cada uno o dos segundos, con mensajes tan agresivos como “Los pijos ‘hijos de’ se compran bolsos de mil euros, pero NO representan a la mayoría de jóvenes” o “Es vomitivo, estando las cosas como están para los jóvenes”. Y como no podía ser de otra manera, los vídeos de YouTube parodiando el original de Loewe ya estaban en el orden del día,
En otras palabras, las redes sociales se han comido la mala campaña de Loewe.