El uso excesivo de WhatsApp puede ser comprometedor. ¿La razón? Crea adicción en algunas personas y deja huellas arduas de controlar y borrar. Cuando este tipo de conductas se llevan al extremo una persona puede provocar problemas de aprendizaje, reducción de la capacidad de retención y menor capacidad de dar la cara entre las personas, mencionan algunos expertos.
Llegar a sentir ansiedad por olvidar el smartphone y no estar conectado, estar varias horas conectados a la app, evitar el contacto con otras personas y referir siempre a esta aplicación sea cual sea el contenido de la conversación, y escuchar alertas de WhatsApp sin que se haya recibido ningún mensaje, son signos de lo que recientemente se conoce con el término “WhatsAppitis”.
De igual modo, y tal como refiere ABC.es, una de las dolencias más comunes que puede generar la adicción a las aplicaciones de mensajería, es la tendinitis, una inflamación de algún tendón inducida por el esfuerzo constante de los mismos en las manos. Resumidamente: se podría manifestar tras enviar reiteradamente mensajes de texto a través del teléfono debido a la tensión de los dedos pulgares.
Otro inconveniente que puede presentarse es la nomofobia, que refiere a una persona que siente pánico ante la idea de salir de casa sin su smartphone. Provoca aumento de estrés y desánimo en los usuarios, los cuales no pueden evitar estar constantemente conectados a Internet y a WhatsApp.